Silbo del dromedario que nunca muere
Escrito por
Con ilustraciones de
Gonzalo habla de un tiempo indefinido, en el que una familia nómada pasa sus días en el desierto del Sáhara Occidental, con sus rebaños de camellos y cabras. Su protagonista, Kinti, el niño pastor, encuentra bajo una acacia, junto al esqueleto blanco de un dromedario, una bolsa de cuero. Y en ella, con una honda, un Corán muy gastado y una antología de versos de Miguel Hernández. Y de ese hallazgo mana una nueva vida para Kinti, porque se enamora de las palabras, incluso de las que desconoce, deslumbrado por su sonoridad. Es su abuelo, conocedor de la lengua española, el que las va desanudando para Kinti, que las lanza al aire del desierto como piedras que salen de su honda.
Escrito por: Gonzalo Moure
Ilustrado por: Juan Hernaz
Tapa dura, 40 páginas
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